Si los astros no se alinean en contra, para octubre o septiembre volveré a las aulas tras diez años sin estudiar. Aún no tengo decidido qué es lo que voy a hacer porque hay por lo menos tres opciones, pero la idea principal es reorientarme laboralmente tras el estropicio que mis padres hicieron con mi vida al obligarme a estudiar Peluquería (porque resulta que el hermano de mi padre es peluquero, y entonces les dio por pensar que lo mejor para mí sería bla, bla, bla, algo con lo que indudablemente yo no estaba de acuerdo, por más que no me quedara más remedio que tragar y encima aparentar felicidad, oh, sí, claro que sí, mis padres son muy tolerantes porque me dejan estudiar la chorrada que ellos han decidido por mí).
La movida, ahora, es ver qué tal he quedado yo para los menesteres académicos, pues lo mismo ya no doy pie con bola. No obstante, si me surge un trabajo bien interesante, me lo cojo y le dan por el culo al tema. En fin. Los dioses dirán, ¿no?
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