Estoy harto de este país, ya que no es más que un hatajo de gilipollas, porque ya me dirás tú a mí si no hay que ser gilipollas para mirar mal a alguien por el simple hecho de que se expresa con mediana correción o explica cosas extensas.
A ver si algún día este país deja de ser el país de la misa y la boina.
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